Daniel Sirera. Licenciado en Derecho y Periodista.
El nacionalismo catalán ha sido, y por desgracia sigue siendo, un referente social y político de buena parte de la izquierda valenciana. Gente acomplejada que considera que la Comunitat Valenciana debe abandonar o esconder sus señas de identidad para abrazar otras que no nos son propias. Gente que se avergüenza de ser lo que son y que, en lugar de reivindicar nuestra cultura y nuestras tradiciones, nuestra lengua, nuestro estatuto, nuestra gente, las fallas, las bandas de música, la senyera, nuestra gastronomía… babean ante cualquier manifestación catalanista a la que puedan sumarse.
Por eso se niegan a utilizar el término Comunitat Valenciana y hablan de “País Valencià”. Por eso defienden que en Valencia se habla catalán y no valenciano. Por eso defienden eso que llaman “Països Catalans”. Por eso, ahora que ERC ha llegado a un acuerdo con Pedro Sánchez para que las plataformas audiovisuales incluyan una cuota para el catalán, Ximo Puig no ha abierto la boca para reivindicar que la lengua valenciana también existe y debe defenderse. Como tampoco abre la boca cuando sus alcaldes mutilan la franja azul de la senyera o señalan al padre del niño de Canet, que pidió una hora más de castellano a la semana, como el responsable de la polémica. A Ximo Puig, le va el catalanismo. Hace unos días, A Punt se ha sumado a una plataforma que lidera TV3 para compartir contenidos en Cataluña, Baleares y Comunitat Valenciana. Un nuevo paso para introducir el catalán en la Comunitat, sin que se note el empeño.
El PSPV se ha quitado la careta y ha dejado definitivamente huérfana a la socialdemocracia valenciana. Son muchos los socialistas valencianos que se sienten valencianos, que son valencianos y que quieren seguir siendo valencianos. A ellos debe dirigirse el Partido Popular porque el PP valenciano se ha convertido ya en un proyecto político transversal. La figura de Carlos Mazón, capaz de llegar a acuerdos a derecha e izquierda en la Diputación de Alicante, supone un valor seguro para quienes, hayan votado lo que hayan votado en el pasado, creen en la capacidad del pueblo valenciano de autogobernarse sin tutelas. No necesitamos líderes que agachen la cabeza ante los presidentes de los gobiernos de España y Cataluña. Necesitamos un presidente que crea en la capacidad de los valencianos y que sea capaz de convertir el gobierno del Botànic en el gobierno de todos los valencianos. Urge.